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No marcó, no asistió y apenas se vio exigido en un partido, el Real Madrid-Las Palmas, que su equipo dominó y ganó con solvencia. Pero la tarde del domingo en el Bernabéu fue una de las más especiales en la vida de David Alaba, un futbolista acostumbrado a levantar los títulos más importantes, pero que en los tres últimos meses se ha enfrentado al trance más complicado de su vida deportiva.
La lesión de cruzado de la que el domingo se cumplieron 399 días ha sido una prueba extrema para el ánimo de Alaba, un futbolista templado, poco amigo de los excesos dentro y fuera de los terrenos de juego, discreto y cercano en el trato con los que le rodean en el día a día. Un día a día que, desde diciembre de 2023, ha tenido más que ver con médicos, fisioterapeutas y recuperadores que con el balón, el centro de mundo para cualquier futbolista..
Recibió el cariño de todos sus compañeros tras volver a defender la camiseta del club.
La grave lesión sufrida hace 13 meses en un partido sin apenas historia, en una jugada que parecía una más, ha puesto a prueba el carácter de Alaba, que ha atravesado por todos los estados de ánimo posibles durante su larga y complicada recuperación. No faltaron las dudas, muchas dudas, justificadas en la gravedad del percance, que le acosaron especialmente en los primeros días tras la desgraciada acción en la que su rodilla crujió.
Estoy muy feliz. Es un día especial para mí. Doy las gracias a la afición. He esperado mucho tiempo este momento porque el año pasado fue muy duro y largo. He trabajado muy fuerte cada día esperando este momento. Volver en casa ha sido muy bonito
Dudas, recaídas, parones cuando el proceso parecía acelerarse, también días de felicidad tras una sesión con buenas sensaciones. Pero el temor siempre estuvo ahí, a flor de piel. En el vestuario recuerdan como Alaba bajó al vestuario, totalmente demudado, cuando Militao sufrió su segunda lesión de cruzado, a principios de diciembre, en un intento de remate en el partido de Liga ante Osasuna. Fue de los primeros en llegar hasta el vestuario (estaba viendo el partido en el palco de jugadores del Bernabéu) para arropar a su compañero, con el que formó dupla en el centro de la defensa en la exitosa campaña 21-22, con doblete Champions-Liga. Una pareja que, desde entonces, ha saltado por los aires a causa de las lesiones.
Cuando llegó la segunda lesión de Mllitao, Alaba enfilaba ya la recta final de su recuperación, aunque desde el Madrid trataban de restarle presión. «No hay lesiones, hay lesionados«, decían desde el entorno del jugador cuando se preguntaba por la fecha para su vuelta. Lo mismo que se desliza ahora cuando se trata de pronosticar un plazo para su vuelta al once titular, que supondría todo un alivio para Ancelotti ante la escasez de centrales de la plantilla.
“El equipo me ha ayudado mucho y sin mis compañeros, el cuerpo médico, los fisios y los readaptadores hubiese sido más duro. Me han ayudado mucho cada día trabajando muy fuerte a diario
La larga travesía de David Alaba llegó a puerto el pasado domingo, a pocos minutos para el final del Madrid-Las Palmas. El Bernabéu le aplaudió con cariño cuando salió a calentar y explotó cuando volvió a pisar el césped vestido como futbolista del Madrid. Sobre el mismo césped recibió los abrazos de sus compañeros, incluso de los más nuevos, como Bellingham o Mbappé. Todos en ese vestuario saben lo que ha pasado su compañero. También Florentino Pérez y Ancelotti, que se mostraron especialmente cariñosos con él ya en los vestuarios, cuando el equipo celebraba la victoria que le daba el liderato.
¿Y ahora? A Alaba le sigue tocando tener paciencia. La idea es que vaya sumando minutos, ganando sensaciones y, sobre todo, recuperando la confianza. Ancelotti cuenta con él como ese fichaje de invierno que parece improbable que llegue del mercado, salvo giro en las negociaciones con el Liverpool por Trent Alexander-Arnold. Pero poco a poco, sin prisas, con toda la pausa posible. La irrupción de Raúl Asencio le da margen de maniobra. Y no se puede olvidar el riesgo de recaída o lesiones asociadas que entraña este tipo de lesiones. El precedente de Militao es, en este sentido, un serio toque de atención.
